Las nuevas tecnologías de comunicación e información han llegado a la sociedad para facilitar y satisfacer necesidades en todos sentidos, pero lamentablemente parece que estamos abusando de las mismas, es el caso de dispositivos inteligentes como tablets y teléfonos que incluso se los damos a los más pequeños a temprana edad, es probable que por el poco sentido de pertenencia y falta de responsabilidad termines en un centro de reparación móviles, pero eso no es lo peor.
Hay un debate importante en la actualidad sobre las edades adecuadas para iniciar a los niños en las nuevas tecnologías, y muchos expertos coinciden que antes de los 4 años lo mejor es que no tengan interacción con estos equipos, y solo después de los 12 años pueden tener uno propio, algunos casos pueden variar y dependerá también del interés y la supervisión del padre al momento de guiarlo y orientarlo en el mundo digital.
¿Por qué se debe restringir el uso del móvil en menores de 12 años?
1.- Posibles problemas de desarrollo: el cerebro crece más rápido cuando somos niños, y en esos momentos los estímulos ambientales o falta de ellos van a determinar hábitos y conductas que afectan el crecimiento del joven, un uso excesivo de aparatos tecnológicos puede producir déficit de atención, problemas de aprendizaje, retrasos cognitivos, etc.
2.- Obesidad: a los jóvenes hay que impulsarlos a que realicen todo tipo de actividades, si generamos una conducta en la cual se siente cómodo y feliz jugando en un ordenador, la tablet o un teléfono, probablemente sea más difícil que juegue en el patio o practique algún deporte por falta de interés, de hecho aquellos que tienen estos dispositivos en el dormitorio son más propensos a ser obesos.
3.- Insomnio: sin supervisión adecuada y un control de horario es normal que algunos pequeños estén hasta altas horas de la noche pegados a una pantalla, y al día siguiente se sienten cansados.
4.- Bajas calificaciones: las tareas para la casa y actividades escolares se vuelven tediosas y aburridas, vale la pena utilizar en una medida razonable el uso de las tecnologías como incentivo, pero nunca como castigo.